Profesional de la Psicología Experta en Neurodegeneración y Atención a la Tercera Edad
Especialización en neurodegeneración y Alzheimer
Amplia experiencia clínica
Formación especializada
Trayectoria académica e investigadora
Capacidad divulgativa
Compromiso con los cuidadores
Me llamo Almudena del Avellanal Calzadilla, y mi vocación como psicóloga ha estado profundamente ligada al mundo del envejecimiento, la neurodegeneración y el acompañamiento emocional de las personas mayores y sus familias. A lo largo de mi carrera, he tratado de combinar mi experiencia clínica con un compromiso social y una visión divulgativa, porque creo firmemente que la psicología puede hacer una diferencia real en la vida de quienes atraviesan procesos tan complejos como el Alzheimer.
Mi formación empezó con la licenciatura en Psicología, que obtuve en la Universidad Autónoma de Madrid en 1980. Con los años entendí que mi área de interés era muy concreta: el envejecimiento humano, los cambios cognitivos propios de la edad y, especialmente, las enfermedades neurodegenerativas. Por eso, decidí especializarme aún más y completé un máster en envejecimiento, neurodegeneración, estrés y ansiedad en la UNED.
Esta base me permitió desarrollar una práctica clínica sólida, con un conocimiento muy técnico y profundo sobre cómo el cerebro va transformándose con los años y cómo las intervenciones psicológicas pueden impactar de forma significativa en la calidad de vida de las personas de la tercera edad.
He dedicado buena parte de mi carrera a intervenir en demencias, especialmente en Alzheimer. Trabajo con personas que tienen deterioro cognitivo, ofrezco test de memoria, estimulación cognitiva y programas de rehabilitación neuropsicológica. También he atendido problemáticas asociadas al estrés, al dolor crónico y a síntomas emocionales en este contexto de envejecimiento, adaptando mis intervenciones a las necesidades de cada paciente.
En mi consulta no solo atiendo en un entorno clínico, sino que también realizo intervenciones domiciliarias, especialmente cuando el desplazamiento se vuelve complicado para los mayores.
Además, colaboro con la Unidad del Dolor del Hospital Universitario La Moraleja, lo que me permite trabajar de forma multidisciplinar con otros profesionales sanitarios para abordar el dolor desde una perspectiva psicológica.
No me limitó solo a la práctica: también he participado en investigación y en publicaciones científicas. Por ejemplo, soy coautora de un artículo en Neurama titulado “Confabulación y demencia: a propósito de dos casos únicos”, donde analizo cómo en algunos pacientes con Alzheimer aparecen recuerdos falsos, pero con sentido emocional, para compensar lagunas de memoria. Este tipo de trabajo me ha permitido profundizar en los mecanismos cognitivos y emocionales implicados en las demencias, y aportar desde mi perspectiva profesional a la comunidad científica.
Además, en Alzheimer Universal he escrito numerosos artículos divulgativos. Me interesa especialmente la intervención psicoterapéutica en personas con Alzheimer leve, porque creo que un abordaje no únicamente médico, sino también psicológico, puede mejorar mucho la calidad de vida de los pacientes y de sus cuidadores. También defiendo activamente el uso de terapias no farmacológicas ,las conocidas como TNF, que individualizo según la historia personal de cada persona para ayudar a mantener sus capacidades cognitivas tanto como sea posible.
Uno de los aspectos en los que más insisto es en el apoyo a los cuidadores familiares. Las personas que cuidan a un familiar con Alzheimer viven una carga emocional enorme, y necesitan orientación, recursos y acompañamiento. He participado en eventos y jornadas dedicadas a los cuidadores, como las organizadas por Alzheimer Universal, para hablar sobre la gestión emocional, la planificación y cómo prevenir el agotamiento.
Empatía y humanidad: Para mí, la psicología no es solo técnica, es también un acto de acompañamiento. Creo en tratar a cada persona —sea paciente o cuidador— con calidez, respeto y dignidad.
Intervención integral: No solo trabajo con la persona con Alzheimer, sino con su entorno: sus familiares, su historia de vida, sus pérdidas y sus miedos.
Soluciones personalizadas: No hay un único “paquete terapéutico”: diseño programas adaptados según las capacidades cognitivas, la etapa de la enfermedad, la historia familiar y las metas emocionales.
Divulgación activa: Me esfuerzo por traducir conocimientos científicos en lenguaje accesible, para que tanto cuidadores como profesionales puedan beneficiarse de las mejores prácticas psicológicas.
Mi objetivo sigue siendo claro: mejorar la calidad de vida de las personas mayores con deterioro cognitivo y de sus familiares. Quiero seguir ofreciendo intervenciones psicológicas que no se limiten solo al diagnóstico, sino que promuevan la autonomía, la dignidad y la conexión humana. Además, deseo expandir mi labor docente y divulgativa para que más profesionales y cuidadores compartan herramientas efectivas y compasivas.